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Trànsit inicia la instalación de 36 radares en las carreteras catalanas

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    Trànsit inicia la instalación de 36 radares en las carreteras catalanas

    Catalunya pasará este año de 96 a 132 radares fijos y en el año 2010 habrá 204 | "No es una medida recaudatoria, sino preventiva", afirma el director de Trànsit | La ubicación de los nuevos radares responde a estudios previos de accidentes

    Como los árboles, las señales de tráfico o las gasolineras, los radares pasarán a formar parte del paisaje viario de Catalunya. Los fittipaldis pueden empezar a preparar el retiro o, en su defecto, la cartera y el saldo de puntos para hacer frente a las sanciones por exceso de velocidad. Trànsit acaba de iniciar una campaña de instalación de 36 nuevos aparatos distribuidos por toda la geografía catalana, que se añadirán a los 96 cinemómetros fijos existentes y estarán operativos antes de final de año, con lo que el parque de radares experimentará un espectacular incremento del 37,5%, pasando de 96 a 132.

    Las autoridades rechazan de pleno cualquier intencionalidad recaudatoria y enmarcan la iniciativa en un combate sin tregua contra la siniestralidad en las carreteras catalanas. "Se ha demostrado que en los tramos donde existe un radar la accidentalidad se ha reducido en un 30% de promedio", argumenta Josep Pérez Moya, director del Servei Català del Trànsit (STC).

    La siembra ha comenzado. En diversas carreteras pueden observarse los aparatos, todavía protegidos por su embalaje, mientras los operarios avanzan en su instalación, que precisa la conexión al fluido eléctrico. En otros casos se ha definido el emplazamiento aproximado, pero no el exacto. La Vanguardia ha tenido acceso a la ubicación de los nuevos cinemómetros (carreteras y términos municipales) prevista provisionalmente por Trànsit a partir de un estudio previo de cada tramo, en función de los indicadores de siniestralidad que recomiendan una reducción de la velocidad en las vías en cuestión.

    Son, en total, 24 carreteras de todo tipo (autopistas, autovías, nacionales y comarcales), con diversidad de limitaciones de velocidad y en todas las demarcaciones. Así, se montan 13 radares en Barcelona, 9 en Tarragona, 8 en Lleida y 6 en Girona. La N-340 en la costa de Tarragona y la C-16 o Eix del Llobregat reciben tres nuevos equipos por carretera.

    A la actual fase de colocación seguirá la de homologación y verificación de funcionamiento de cada uno de los equipos, que deberían estar operativos antes de final de año. Para entonces, Trànsit también ha previsto tener en funcionamiento de manera experimental un medidor de velocidades medias en el nuevo túnel de Vielha.

    A los 132 radares fijos del SCT de que estará dotada la red viaria catalana en cuestión de meses se añaden los 22 aparatos móviles de que disponen las patrullas de los Mossos d´Esquadra, amén de los que gestionan las policías locales. Esto no es todo. El Pla Català contra la Velocitat Excessiva prevé la instalación de otros 69 equipos hasta 2010, cuando las carreteras sumarán 201 cinemómetros fijos. "La lucha contra el exceso de velocidad es el gran combate de Europa", explica Josep Pérez Moya, y recuerda que en Holanda, un país de dimensiones similares a las de Catalunya, existen 1.700 radares, que en Francia se han instalado un millar de una tacada y que en el área de Londres existen 3.000 aparatos.

    "Contra el tópico extendido, el radar no es una medida recaudatoria, sino una medida preventiva, que adopta carácter coercitivo cuando el infractor es sancionado, para que se garantice el cumplimiento de los límites de velocidad", según el director de Trànsit. Recuerda Pérez Moya que por cada 10 Km/ h de reducción de la velocidad se consolida un descenso de la siniestralidad de entre el 3,5 y el 4%. El informe Power Model concluye en este sentido que un decremento del 5% en la velocidad media implica una merma aproximada del 10% de los accidentes con heridos y del 20% de los accidentes mortales. Y en idéntica relación, un incremento de la velocidad conlleva el aumento de la siniestralidad.

    La inmensa mayoría de los que está habilitando el SCT son radares fijos, colocados en una cabina situada en el arcén, que calculan la velocidad a través de ondas. Son de fabricación española y cada unidad cuesta entre 60.000 y 70.000 euros. No se descarta, sin embargo, la adopción de algún equipo piezoeléctrico. A diferencia de los anteriores, estos, fabricados en el Reino Unido, captan la velocidad mediante bandas situadas perpendicularmente a la calzada, con lo que son inmunes a los inhibidores de ondas que puedan equipar los conductores para eludir las sanciones. Se trata de un modelo comúnmente utilizado en los accesos a Barcelona, con la cámara que fotografía a los infractores instalada en pórticos.

    En cualquier caso, la ubicación de los nuevos cinemómetros fijos, al igual que la de los 96 actuales, será detallada en la página web del SCT y su presencia será debidamente señalizada en la carretera con centenares de metros de antelación. Los GPS seguirán emitiendo pitidos para advertir a los conductores de los cinemómetros estáticos, y aun así las autoridades estiman que su función es positiva: el automovilista levanta el pie del acelerador.

    Fuente

    Imagen que sale en el articulo en la sección vivir de la vanguardia del día 05/09/2008


    Para el que se quiera leer las tres paginas que habla de los radares, aquí las he subido en pdf:

    Código:
    http://www.gigasize.com/get.php?d=hphrtg5omvd
Working...
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